Había contratado un carpintero para ayudarme a reparar mi vieja granja. Él acababa de finalizar su primer día de trabajo que había sido muy duro. Su sierra eléctrica se había estropeado lo que le había hecho perder mucho tiempo y ahora su antiguo camión se negaba a arrancar.
Mientras lo llevaba a su casa, permaneció en silencio. Una vez que llegamos, me invitó a conocer a su familia. Nos dirigíamos a la puerta de su casa y se detuvo brevemente frente a un precioso olivo centenario. Tocó el tronco con ambas manos.
Al entrar en su casa, ocurrió una sorprendente transformación. Su bronceada cara sonreía plenamente. Abrazó a sus dos pequeños hijos y le dio un beso a su esposa. La energia había cambiado completamente. Posteriormente me acompañó hasta el coche.
Cuando pasamos cerca del olivo, sentí curiosidad y le pregunté acerca de lo visto cuando entramos.
– Ese es mi árbol de los problemas, – contestó – Sé que no puedo evitar tener problemas durante el día como hoy en el trabajo por ejemplo, pero no quiero traer estos problemas a mi casa. Así que cuando llego aquí por la noche cuelgo mis problemas en el árbol. Luego a la mañana cuando salgo de mi casa los recojo otra vez.
– Lo curioso es, – dijo sonriendo – que cuando salgo a la mañana a recoger los problemas del árbol, ni remotamente encuentro tantos como los que recuerdo haber dejado la noche anterior.
Maestro: si te centras en el ahora desaparecen todos los problemas.
Fuente: autor desconocido
Sin más que decir. Simplemente preguntarte ¿Cuál es tu árbol de los problemas?
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Muchisimas gracias Joan, por cierto que rapidez. Saludos.
jajaja ¿Has visto? Tal cual ha llegado el correo ha sido un enorme placer leerlo. Un post muy revelador y reflexivo, Montse. Muchas gracias por compartir esta narración. Un abrazo para ti y para los amigos y amigas del blog.
Una cosa es la realidad de la vida, y otra el placer ,despues de terminar una jornada de trabajo con la satisfacción del trabajo bien hecho.
No tengo árbol de los problemas,yo me los llevo a casa, y no quiero. Pero a partir de ahora, gracias a tí MOntse, buscaré uno y los colgaré allí antes de entrar a casa.
Gracias.Simplemente es cuestión de ser consciente y de dar el primer paso.
¡Precioso post!
Pues yo tengo en casa un magnolio enorme y voy a empezar a colgar allí mis problemas…:)
Montse, yo lo he compartido en mi Facebook.
Gracias Carmen. Querer es poder.
Me gustó mucho tu narración. Quiero plantar un árbol al frente de mi casa, espero que sea uno grande y que aprenda a dejar ahi mi carga del
trabajo…Siempre es bueno tener en donde descargar tanta presión. Gracias
Totalmente de acuerdo es bueno y debemos aprender a descagar nuestras tensiones. Gracias por tu aportación.
¿Y dónde está ese árbol? Voy a plantar uno igual en la puerta de mi casa…Gracias por la narración…
Gracias a ti Tania por seguir mi blog.Ya verás que útil es tener ese árbol aunque solo este es nuestra mente, pero una vez hemos tomado conciencia todo cambia. Un saludo.
Los problemas son oportunidades para crecer, el ´problema no el problema si no como Tu miras el problema¨
Tienes toda la razón en decir que son oportunidades para crecer, aunque también creo que es importante aprender a desconectar nuestra mente de cierto ruido que no nos lleva a ninguna parte. Saludos.