Lluís Amiguet – La Contra La Vanguardia

 

Antonio Damasio, neurólogo: ´El error de Descartes´ , ´Y el cerebro creó al hombre´

“Somos materia, pero sabemos trascenderla”

He tenido 25 años desde que cumplí los 25, pero ahora son más felices. Nací en Lisboa: soy europeo a fuer de ibérico. Mi familia es Hanna, que investiga conmigo además de tener su propia obra. Soy liberal en el sentido europeo del término, que en EE. UU. sería de izquierda

Vivo ahora los mejores momentos de mi vida, porque he aprendido a apreciarlos.

¿Es más feliz hoy que hace cincuenta años?

Nuestro cerebro es el resultado de millones de años de adaptación, y el mío en el transcurso de la vida ha aprendido a disfrutarla.

¿El cerebro es capaz de pensarse?

Ya desde el primer microbio, cualquier ser vivo responde a los cambios del entorno con un esfuerzo de homeostasis, de equilibrio con el medio, de adaptación.

Puedes adaptarte sin ser consciente.

Para adaptarnos debemos medirnos constantemente con nosotros y con el medio. Así adquirimos una imagen de nosotros mismos…

¿Cómo?

A partir de la información que le proporcionan los sentidos, nuestro cerebro elabora y reelabora a cada instante mapas: mapas visuales, auditivos, táctiles de nosotros y el entorno. Nuestra mente surge en ese proceso.

¿La mente sabe que existe?

Es como una orquesta de percepciones, ideas, sentimientos simultáneamente cambiantes que generan su propio director. Ese director de la orquesta del cerebro es la conciencia, que ya es un yo al que se añade la memoria subjetiva…

Y es el paso siguiente en la evolución. Es la respuesta cerebral de la evolución a la necesidad no sólo de responder a posteriori a los desafíos del medio, sino de anticiparnos a sus cambios y exigencias.

¿Los animales son conscientes?

Algunos tienen mente pero no llegan a tener conciencia. Los primates, mamíferos marinos, elefantes, lobos y perros no sólo tienen un sí mismo central, sino también uno autobiográfico, como usted y yo.

¿Cómo se anticipa nuestro cerebro a los cambios y amenazas del entorno

Se sirve de percepciones, emociones y sentimientos… Todos ellos son inseparables del proceso de pensar y, por eso mismo, mente y cuerpo son impensables por separado.

Por ejemplo.

Si entra un león en la habitación, usted percibe el peligro, lo que se transforma en emoción, y si elige escapar, su mente le preparará para huir e incluso le anestesiará mientras corre si le hiere en la huida…

Sentiré que debo correr, desde luego… Y ese sentimiento es el conjunto del estímulo, la reacción y las ideas que se generan en el cerebro. Y es subjetivo, es suyo. Es su yo. Además, después, cuando me explique su huida del león, nuestras neuronas espejo sincronizarán de un modo sutil pero tremendamente eficaz nuestro sentir, de forma que usted seré también yo y yo, usted.

¿En qué sentido?

Usted ahora mismo, cuando me está escuchando, no puede pensarme sin sentirme. No puede separar al verme lo que le hago sentir de lo que le hago pensar…

El amor, el miedo, el odio… ¿sólo son procesos bioquímicos?

Todos tienen una base material. Pero eso no disminuye su grandeza. Son un prodigio adaptativo abierto al futuro.

Pero… ¿ninguna vida tras esta vida?

Piense en el dolor de una madre que llora a un hijo. Hemos inventado la otra vida como paliativo para el dolor causado por esa destrucción del vínculo entre humanos. Sin ese vínculo de amor nuestra especie no habría llegado hasta aquí, pero esa fortaleza también nos hace débiles cuando se rompe.

Así la religión sería mero consuelo…

La respeto en quien la vea como algo más.

Cree en hombres que crean dioses.

¿Recuerda la homeostasis en los cuerpos?

Ha dicho que era el principio del yo.

Ya lo era en una ameba, pero es el mismo principio de la religión, la justicia o la política: los humanos buscan un equilibrio social que mejore su adaptación al medio.

¿Cómo?

Entre la célula eucariota que se autorreguló para adaptarse al entorno y el redactor de una Constitución median millones de años de evolución, pero el principio es el mismo: autorregularse, tener conciencia, para encontrar un equilibrio que mejore la adaptación de la especie y sus individuos al entorno.

Emociones, sentimientos, pensamientos, mente, conciencia… y… ¿sueños?

Los sueños y el inconsciente son parte de ese esfuerzo adaptativo que es la mente. De hecho, sin ese marcapasos que representan los estímulos del mundo exterior, a la mente le sería fácil pasar la vida soñándose.

Ese es un sueño freudiano.

Freud fue pionero en la investigación del inconsciente, aunque el psicoanálisis no sirva para curar una enfermedad mental grave.

¿Entonces sólo vivimos para que nuestros genes sean eternos?

Dawkins dice que somos meros robots portadores de genes egoístas a los que servimos hasta morir tras reproducirnos para que ellos pervivan generación tras generación y especie tras especie en la cadena evolutiva.

Perspectiva hermosa, pero terrible.

Yo no sería tan radical, porque creo que ese complejísimo mecanismo tiene la capacidad de conocerse hasta superarse a sí mismo. Así, con nuestro cerebro podemos vencer a la naturaleza y trascenderla.

Veo que en el futuro sí que cree.

Desde la convicción científica en nuestra capacidad evolutiva, se lo digo con palabras prestadas de un poeta, Eliot: “El tiempo pasado y el tiempo futuro, lo que podría haber llegado a ser y lo que ha sido, apuntan a un fin, que es siempre presente”.

“Somos materia, pero sabemos trascenderla”

Primates muy listos

Como buen primate, Damasio sabe trabajar no sólo en equipo, el del Brain and Creative Institute, sino además en pareja, y eso es ser un primate emocionalmente inteligente, como demuestra el cariño con que le escucha la brillante neuróloga Hanna Damasio. Antes de ser recibido como honoris causa por la Universitat Ramon Llull, Damasio reitera su científica fe en la materia como fundamento de nuestro cerebro, emociones, sentimientos y amores. Pero también nos confía ilusionado su confianza, tan científica como humana, en que ese mismo cerebro es capaz de trascenderse a sí mismo y a la materia de la que está hecho. De momento, podemos encontrar la eternidad en un infinito presente.