Como Psicóloga Coach estoy habituada a realizar preguntas a mis clientes, aunque tengo que confesar que en ocasiones uno  se distrae de la hora de escucharse a sí mismo.  La esencia del buen coach es desarrollar la conciencia y responsabilidad de la persona, partimos de la base que  todos disponemos de los recursos internos necesarios para lograr aquello que queremos.

¿Cómo podemos acceder rápida y fácilmente a esa sabiduría interna?

Sencillamente, planteándonos las preguntas adecuadas. Eso es lo que hace un coach, preguntas poderosas que te permitan acceder a tu propia y singular sabiduría. Sin las preguntas adecuadas podemos centrarnos en las creencias y comportamientos que no nos ofrecen lo que realmente deseamos y necesitamos.

El éxito procede de centrar la mente en formas que conduzcan a tomar mejores decisiones y a comportamientos más efectivos. A medida que cambiamos nuestro foco de atención mental, vemos cosas que eran invisibles hasta entonces. Aprender a centrarnos es lo que en último término deseamos todos, como sentimientos de amor, paz y alegría. Al  escucharnos  y centrarnos en aquello que realmente queremos enseguida crece y florece en nuestro corazón.

Según una antigua historia oriental, un día se hallaban los dioses discutiendo dónde deberían  ocultar la Verdad, para que los seres humanos no la encontrarán tan fácilmente. Los dioses temían que si la gente descubriera la Verdad con excesiva facilidad, a ellos les quedaría bien poca cosa con la que enfrentarse.

Un dios propuso: Ocultemos la Verdad en la cumbre de la montaña más alta. De ese modo, sólo los más disciplinados y fuertes podrán encontrarla.

Otro dios replicó: Ocultemos la Verdad en la cueva más profunda y oscura. De ese modo, sólo lo más valientes la encontrarán.

Pero el más sabio se echó a reír y dijo: No es necesario ocultar la Verdad en la cumbre de la montaña o en lo más profundo de una cueva. Lo único que necesitamos es ocultarla en el propio corazón de cada persona. Ese es el último lugar donde se les ocurriría mirar a los seres humanos.

¿Cuándo fue la última vez que has escuchado realmente a tu corazón?

El siguiente mensaje que necesitas siempre es justo donde estás. Ram Dass