Seguramente a lo largo de tu vida te has encontrado con envidiosos, manipuladores, mediocres, neuróticos, agresivos, victimistas… ¿Crees que son personas tóxicas? ¿Que entendemos por gente tóxica? Bajo el concepto de “tóxicas” se esconden conductas de una persona que en cualquier ámbito de la vida “mete miedo o culpa a los demás y siempre te nivela hacia abajo”.

gente-toxica Stamateas ha recogido en su libro hasta nueve tipologías de persona tóxica. El mete culpas, que castiga y condena al otro; el envidioso, el descalificador, el agresivo verbal, el psicópata sin remordimiento, el mediocre, el chismoso, el jefe autoritario, el orgulloso y el quejoso.

¿Conoces alguien así? Seguramente si, tanto a nivel laboral como personal. Ahora reflexiona ¿Cómo te sientes cuando estás con alguien tóxico? Deprimido, enojado, estresado o cansado…… Piensa acerca de esa persona. ¿Es él o ella, un quejoso permanente, alguien que de forma invariable espera que las cosas vayan mal, que siempre te encuentra defectos? ¿Él o ella, parecen más alegres después de haberte criticado o haber descargado sobre ti su rabia o su frustración? Si conoces a alguien así, lo más probable es que tengas una persona ‘tóxica’ en tu vida.

Lo tóxico es malo, y las personas tóxicas nos envenenan el alma, nos amargan el día y nos impiden alcanzar nuestros sueños. Nadie quiere estar junto a una persona tóxica, por lo que no sólo los debemos evitar sino que también debemos cuidarnos de serlo nosotros también.

En mis sesiones de Coaching me encuentro a menudo con grandes profesionales que tienen minada su autoestima debido a un jefe tóxico, un compañero o su propio socio. Los tóxicos profesionales, se caracterizan porque usan sus armas destructivas “de forma consciente”, enturbia el bienestar del prójimo y se siente “triunfador” cuando su víctima da síntomas de debilidad, afectación o rendición.

La estrategia que sigue un personaje tóxico es propia del manual de un depredador. Pacífico y sigiloso al principio, tiene una “entrada de amigo” en su nuevo empleo o con nuevas amistades. Es la forma de ganarse las llaves del “círculo emocional y afectivo” de la víctima que ha elegido para luego “destruirla”. Sigue la regla YO GANO – TÚ PIERDES.

No existen leyes para evitar caer en las garras vampíricas, pero si una regla básica: “saber poner límites y marcar al tóxico”. En este caso, “el sí y el no” son dos palabras sencillas pero “poderosas”. Hay que aprender a decir que no con sonrisa y compás, sin gritar ni enfadarse. Otro consejo valioso es no desnudarse emocionalmente, ser cauto para no dar munición al chismoso o al envidioso.

Reflexión final: “La razón de vivir es tener buenas relaciones personales, tener a gente a quien amar y respetar, y que te amen y respeten.” (Brian Tracy). Aléjate de las personas tóxicas no entres en su círculo o te generarán basura emocional. Creo que Dios no creó basuras humanas, sólo gente con problemas de comportamiento. (J. Hunter)