Resiliencia, un concepto estable… en un mundo de cambio continuo

Uno de los conceptos más modernos y llamativos de la psicología actual  aplicado al mundo de los recursos humanos y de la marca personal es el de Resiliencia. Un nombre extraño que alude en el campo de la física, a la capacidad  que tienen algunos materiales de volver a su forma original, cuando han sido forzados a cambiar o deformarse. En psicología, el concepto de resiliencia, señala la capacidad para enfrentar situaciones críticas, sobreponerse y salir airoso y fortalecido, en vez de frustrado o debilitado El vocablo resiliencia tiene su origen en el idioma latín, en el término “resilio” que significa volver atrás, volver de un salto, resaltar, rebotar.

Según Rutter, fue adaptado a las ciencias sociales para caracterizar aquellas personas que, a pesar de nacer y vivir en situaciones de alto riesgo, se desarrollan psicológicamente sanos y exitosos. El trabajo que dio origen a este nuevo concepto fue el de  Werner (1992), el cual a lo largo de más  30 años observo a más de 500 niños criados en familias con padres alcohólicos, quienes pese a esto, se recuperaban y lograban una calidad de vida aceptable.

Lo esencial aquí, es comprender, que más allá del análisis del concepto de resiliencia o de su origen, disponemos de una potente capacidad de superación ante las adversidades y que es potestad de cada persona descubrirla o adquirirla. Podemos evitar ciertas circunstancias, pero no podemos evitarlas todas. Es importante tener en cuenta que no podemos ser responsables de todo lo que nos sucede, pero sí de la manera como lo vivimos emocionalmente, pues la experiencia y la vivencia no son lo mismo.

La resiliencia tiene como pilares por un lado una actitud positiva, que engloba optimismo, adaptación, y predisposición a buscar soluciones; y, por otro, el desarrollo de capacidades como el autocontrol, asumir responsabilidades, estructurar las relaciones, y configurar el futuro para tener un objetivo.  Actitudes y capacidades todas ellas esenciales para crear y desarrollar una buena marca personal.

Ejemplos como Nelson Mandela, Gandhi, Stephen Hawking, Ana Frank entre otros son arquetipos del espíritu de “Resiliencia” que distingue a los triunfadores de aquellos que se resignan a asumir calladamente sus circunstancias. Pero como ellos, y sin conocerlos, estoy convencida que existen otros muchos que de forma anónima han construido sus vidas desde el compromiso y la entereza de ánimo necesario para lograr sus metas.

“No son los más fuertes de la especie los que sobreviven, ni los más inteligentes. Sobreviven los más flexibles y adaptables a los cambios”. Darwin

Ahora más que nunca -por las circunstancias que estamos viviendo- poseer una marca resiliente nos permitirá enriquecernos en la crisis y salir fortalecidos.

Montse Taboada