Hoy quiero compartir con todos vosotros un bonito y corto cuento sufí que oí por primera vez a Gabriel Guerrero discípulo de Richard Bandler aunque para mí en ciertas cosas el alumno ya supera al maestro. Escucharlo bajo el lenguaje hipnótico de Gabriel fue toda una vivencia, ya que os aseguro que posee un domino absoluto de este tipo de lenguaje.
Espero que os guste y que cada uno de vosotros saque sus propias conclusiones.
Había una vez un escritor que vivía a orillas del mar; donde pasaba temporadas escribiendo y buscando inspiración para su libro.
Una mañana mientras paseaba a orillas del océano vio a lo lejos una figura que se movía de manera extraña como si estuviera bailando. Al acercarse vio que era un muchacho que se dedicaba a coger estrellas de mar de la orilla y lanzarlas otra vez al mar.
El hombre le preguntó al joven que estaba haciendo. Este le contestó:
– “Recojo las estrellas de mar que han quedado varadas y las devuelvo al mar; la marea ha bajado demasiado y muchas morirán”.
Dijo entonces el escritor:
” Pero esto que haces no tiene sentido, primero es su destino, morirán y serán alimento para otros animales y además hay miles de estrellas en esta playa, nunca tendrás tiempo de salvarlas a todas”.
El joven miró fijamente al escritor, cogió una estrella de mar de la arena, la lanzó con fuerza por encima de las olas y exclamó para ésta… sí tiene sentido”.
El escritor se marchó un tanto desconcertado, no podía explicarse una conducta así. Esa tarde no tuvo inspiración para escribir y en la noche no durmió bien, soñaba con el joven y las estrellas de mar por encima de las olas.
A la mañana siguiente corrió a la playa, buscó al joven y le ayudó a salvar estrellas…
P.d. Por mí que no falte una acción, un detalle, una palabra que pueda cambiar el destino, el rumbo o la vida de esa persona que me necesita.
Gracias Montse. Voy a la playa a buscar al chico
Gracias a ti Pablo por estar siempre ahí. Saludos
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Las acciones, las palabras, los detalles… las ACTITUDES pueden cambiar el destino de tantas cosas y personas. Pequeños cambios transforman el mundo.
Genial, Montse. Una alegoría de la mayor actitud de cambio. Empecemos por nosotr@s mism@s. Muchas gracias.
Gracias Joan por tus aportaciones y enhorabuena por vuestro blog.
Muchas gracias a ti, Montse. Hacía tiempo que estaba arrinconadito. Esperemos volver a reflotarlo. Un post enorme, insisto.
Qué preciosidad de cuento. Lo oí de un amigo mío diácono, que tuvo, como tú, la amabilidad de compartir tan bello relato.
Si te apetece, nos leemos.
Un saludo^^
Gracias por leerme, yo acabo de echar un vistazo a tu blog el cual te aseguro que me lo leere con calma ya que parece muy atractivo. Felicidades. Un abrazo
Preciosa historia!
Un testimonio de que las pequeñas acciones y gestos sí cambian vidas…